Esta secuencia inicial está dedicada a crear una espalda tónica y bien alineada, sobre la que el cuello pueda potenciar su correcto movimiento, así como ganar fuerza en el cuello, ya que muchos músculos del cuello forman parte de cadenas musculares que vienen desde la espalda y el pecho. 

Podemos decir que con el trabajo de esta secuencia, crearemos los cimientos para una columna cervical fuerte y flexible.

Con la espalda dorsal bien tonificada, nos centraremos en los músculos que controlan los hombros, omoplatos y clavículas. Es decir, el cinturón de músculos transversales que dan cohesión a los miembros superiores con el torso, y que de paso crean una base cervical estable. 

Este es el segundo paso para proporcionar un cuello fuerte y alineado.  

Con la seguridad y alineación correcta creadas en la espalda dorsal y el cinturón escapular, en esta tercera secuencia nos vamos a centrar en movilizar el cuello en extensión, rotación y flexión.

Aprenderás las pautas correctas de cada movimiento con instrucciones precisas para desarrollar la máxima movilidad posible en cada dirección, respetando la alineación y el espacio correcto de cada articulación. 

Es el paso definitivo hacia la recuperación de la funcionalidad y el espacio vital del cuello.

Basándonos en la movilidad obtenida en la última, aquí vamos a recurrir a ejercicios que no lleven reglas naturales, como el suelo, para alinear el eje de equilibrio del cuerpo. 

Se trata de recuperar la propiocepción del cuello como parte del equilibrio de la columna completa. Usando la nueva alineación y tono de la espalda y los hombros, vamos a dar la máxima corrección postural al cuello y a reeducar el eje de equilibrio para evitar futuras molestias cervicales.